miércoles, 26 de noviembre de 2008

140 años cortando y rasurando historias

Pub, restaurant, salón de té, venta de antigüedades y… ¿Peluquería?

En el histórico Barrio Yungay, se sitúa una de las peluquerías más antiguas de la capital: La Peluquería Francesa. Y junto a ella el restobar Boulevard Lavaud. Ambos constituyen una zona detenida en el espacio, un edificio mágico, de esos que te transportan a otra época desde el momento en que cruzas por alguna de sus puertas.

Con su calidez, antigüedad y estilo; sorprenden y encantan a todo aquel que vaya de visita a este rincón del Barrio. Un sitio ideal para: reuniones; deleitarse con la particular decoración del lugar, que mágicamente te hace retroceder en el tiempo; y por qué no para… cortarte el pelo.

Lo que más llama la atención del lugares su estilo neoclásico. No obstante, no es porque su actual dueño, Cristian Lavaud Oyarzún (del Boulevard específicamente), haya escogido esta cualidad para llamar la atención de sus posibles clientes. Es debido a que la Peluquería Francesa es una de las más antiguas de la ciudad y es considerada, junto con el Boulevard Lavaud, Centro de Conservación Histórica por el Ministerio de Bienes Nacionales y por el Consejo de Monumentos. Razones más que suficientes para continuar con el legado histórico que ambos poseen.

Primero nació la peluquería. Muchos años después, a Cristian Lavaud Oyarzún, nieto del fundador, se le ocurrió hacer un restobar y cafetería al costado el histórico salón de belleza.

Era 1868, año en que un grupo de agricultores chilenos viajó a Francia para conocer los métodos de agricultura vitivinícola y traer profesionales para aplicarlos. Entre ellos llegó Emilio Lavaud, graduado con honores de la Escuela Agrícola de Bordeaux, acompañado de su esposa y su hijo Emilio. Al poco tiempo, Emilio se enfermó de una bronconeumonía mortal. Por lo que la viuda y su hijo se trasladaron a Santiago, específicamente frente a la Plaza Yungay, donde funcionaba la Peluquería Francesa a cargo de Victorino Tauzan y dos maestros peluqueros franceses. Tiempo después, la viuda se casó con Tauzan.

Sin embargo, en 1918 y por orden de una demolición en la peluquería, deben mudarse a Sto. Domingo, entre Libertad y Esperanza. En 1925, se incendió y vuelven a cambiarse. Esta vez a Compañía de Jesús esquina Libertad, el que actualmente sirve de techo para los clásicos cortes de pelo.

En 1988 murió Emilio Lavaud hijo y dejó la peluquería en manos de Manuel Cerda, su más antiguo y fiel empleado, quien la administra hasta el día de hoy.

A comienzos de los 90, la peluquería se transformó en un espacio alternativo donde no sólo se cortaba el pelo, sino que también se reunían artistas incipientes, como: músicos, actores, pintores, etc.

Cristian Lavaud Oyarzún, nieto del fundador, inspirándose en la estética europea del edificio y su ambiente y tradición, se hizo cargo de un nuevo proyecto: el Boulevard Lavaud, que incluye un bar, restaurant, venta de antigüedades y salón de té. Portal que da pie a la ruta patrimonial del famoso Barrio Yungay. Con una ubicación bastante extraña, en la que sólo hay viviendas de tipo colonial a su alrededor, cuyos habitantes son tranquilos y varían entre extranjeros, adultos mayores, jóvenes estudiantes, etc.

A pesar de que no se encuentre en un barrio en el que predomine la vida nocturna y gastronómica, el Boulevard Lavaud atiende diariamente a un considerable número de personas y, por supuesto que tiene una clientela fiel, que va desde actores, músicos y artistas; a empresarios y turistas extranjeros. En cuanto a lo que ofrece este Boulevard, se encuentran las antigüedades que decoran el lugar y que están a la venta, tales como: radios, espejos, muebles, cuadros, pinturas, ceniceros, joyas, esculturas, adornos, percheros, botellas, herramientas de peluquería, chapitas, platos, libros, fotografías, revistas, lámparas, etc., lo que uno imagine está en aquel lugar. Todo lo consiguen en remates, casonas, ferias, ventas de antigüedades o gracias a la misma gente que los lleva.

Por otra parte, está el salón de té y el pub-restaurant, cuya carta se compone de las más variadas recetas familiares, platos tradicionales y otros creados por su chef.
Sin duda, es uno de los lugares imperdibles dentro de Santiago, cuya historia, magia y encanto de estilo neoclásico cautivan a cualquiera que cruce por sus puertas. De hecho, dentr
o de la peluquería se han filmado spots publicitarios como los de Banco Estado y su más que conocido pato amarillo; teleseries como “Gatas y Tuercas”; un capítulo del reality “Amor ciego 2”; reportajes; bandas musicales como “La Ley” y “Los Tres” le donaron sus primeros Discos de Oro; y películas como “Mi corazón en Chile”, que se filmó en nuestro país entre octubre y diciembre del año pasado y que hace muy poco se estrenó en un canal estatal alemán. Con actuaciones del italiano Franco Nero y el alemán Hannelore Elsner.

Actualmente trabajan cuatro maestros de peluquería en el salón, uno de ellos es Rodolfo Urbina, quien lleva 9 años ahí y afirma que con la creación del restobar han aumentado los clientes en la peluquería, que se caracterizan por ser niños, jóvenes, ejecutivos, gerentes y artistas.

Un espacio detenido en el tiempo y lugar de reunión en el histórico Barrio Yungay, que todo santiaguino debería conocer, ya sea por sus historias o simplemente por su encanto y decoración.

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